Y aquí estoy. Exactamente 2 meses después de aquel primer encuentro. Ahora lleno de incertidumbre; por lo menos hasta que se acabe el día.
Puedo darme una idea de qué es lo que pudo salir mal, de ese correo. ¿Bastará alguna línea y su contenido para terminar lo que se estaba empezando?
Solamente le pido a Dios serenidad, fuerza, prudencia y paciencia. Fuerza...sobre todo eso. No es fácil cuando se siente demasiado, no es fácil cuando tu ser es diferente a como era antes. Quizá no pase absolutamente nada. Quizá pase todo.
Lo que si tengo muy claro es que Dios está conmigo y que él sólo quiere lo mejor para mí. Si está decidido que no siga hacia adelante con él, lo aceptaré. Siento el corazón tan estrujado. ¿Por qué siento tanto? ¿Dónde quedó aquella persona que no le importaba lo que pensara ningún cabrón? Me siento como un polluelo fuera de su huevo: expuesto, vulnerable, frágil...Siento que podría perder todo y nada. Por lo menos la oportunidad de querer y, quizá algún día, amar.
Entiendo y sé que no es él el único. Pero para mí, lo es en éste momento. Ya me desahogué con varias personas pero ésto no se termina hasta que se acaba. Quedamos hoy a la hora de la salidad. Un tanto irónico la verdad. Exactamente hace 2 meses fue cuando lo conocí y precisamente a esa hora y en ese lugar. Y henos aquí. Con otro propósito totalmente diferente. Hablar. Sí, hablar. Podría ser de muchas cosas o de ninguna, podrían tener significado o ninguno...podrían definir nuestro rumbo o dejarlo como lo veníamos manejando.
Éste día pasará a ser como uno de los más amargos de mi vida ó pasará como uno donde he aprendido una lección y que me servirá para fortalecer los lazos con John. Tengo fé en que sea la segunda.
Que tengas buen día.
Gracias por leer.
Suerte a sus majestades
Hace 16 años

No hay comentarios:
Publicar un comentario